lunes, 28 de octubre de 2013

Antibióticos y odontología

Mucho ha transcurrido desde que, en 1942, la penicilina G se convirtiese en el primer antibiótico de éxito terapéutico utilizado en clínica, revolucionando así el tratamiento de las enfermedades infecciosas en la primera mitad del siglo XX. Desde entonces, la medicina ha ido evolucionando junto a la sociedad a pasos agigantados y, actualmente, el uso de antibióticos está ampliamente generalizado. Pero, qué son exactamente los antibióticos? Los antibióticos son sustancias químicas obtenidas de microorganismos o bien de síntesis química, que tienen la capacidad de suprimir el crecimiento y multiplicación (acción bacteriostática) o provocar la destrucción (acción bactericida) de ciertos microorganismos.

Qué pasa cuando abusamos? El abuso de las terapias antimicrobianas, las prescripciones incorrectas y la facilidad con la que las bacterias se adaptan a estas moléculas generando resistencias son los principales factores que han inducido a la inutilidad de muchos de los antibióticos desarrollados en el siglo pasado y también recientemente”.

Cuál es su papel en el campo de la odontodología?

El uso de antibióticos se aplica para algunas formas de periodontitis y en ciertos pacientes. En tratamientos preventivos, la profilaxis antibiótica se ha justificado en un intento de prevenir las bacteremias y una posible endocarditis bacteriana. No obstante, actualmente cada vez más investigadores abogan por realizar una revisión de los criterios de profilaxis antibiótica, sobre todo si tenemos en cuenta que estadísticamente la probabilidad de causar endocarditis infecciosa con una extracción, incluso en pacientes con cardiopatías, es de 1 entre 3.000. Además, estos autores recomiendan el uso de antisépticos orales eficaces para evitar la sobreexposición del paciente a antibióticos que, por otra parte, son cada día de eficacia más cuestionada”.

Hoy en día, los antibióticos más utilizados en odontología son los antibióticos B-lactámicos (para el tratamiento de infecciones causadas por enterobacterias), el Metronidazol (una molécula de síntesis química para el tratamiento de infecciones producidas por Trichomonas vaginalis, aunque también presenta elevada actividad bactericida frente a microorganismos anaerobios y microaerofílicos) y las Lincosamidas (son principalmente bacteriostáticas y su actividad bactericida depende de su concentración).


  Dr. Claudio A. Sorrentino
  www.dentalpalermo.com.ar

 



viernes, 11 de octubre de 2013

Porqué duele un diente despues de un tratamiento de conducto?

Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los pacientes que tienen dientes desvitalizados es por qué les duele una pieza que no tiene nervio.
El hecho de que aparezcan está molestias pueden tener distintas causas. Cuando hacemos una endodoncia tratamos de conseguir dos objetivos fundamentales; por un lado eliminar todo el tejido pulpar (nervio y vasos sanguíneos del diente), y por otro lado rellenar y sellar el espacio que queda tras instrumentar o limpiar el conducto, o conductos, donde se alberga el nervio.
El hecho de que no se consiga limpiar adecuadamente el interior del diente puede ocasionar después alguna infección, que cursará con dolor y/o inflamación. Esta imposibilidad de desinfectar correctamente el interior de la pieza puede deberse a cuestiones anatómicas, tales como curvaturas muy acentuadas o calcificaciones, que dificultan el acceso a la última zona de la raíz. De la misma manera, si no conseguimos que el espacio que dejamos dentro del diente después de eliminar el nervio, quede correctamente sellado y hermético con gutapercha (material de relleno de los conductos tras limpiar los mismos), dejaremos espacios fácilmente colonizables por bacterias.
Cuando se da alguna de las situaciones anteriores, podremos intentar solucionarlas mediante una reendodoncia, que consistirá en eliminar el material de relleno de la endodoncia, y tratar de mejorar el tratamiento anterior, intentando acceder a esas zonas más inaccesibles y llevando a cabo una exhaustiva limpieza y desinfección. Este tipo de retratamiento será realizado, siempre y cuando las condiciones del diente lo permitan.
Otra de las causas es la presencia de fisuras o fracturas. Esto se produce porque el diente endodonciado es mucho más susceptible a la rotura, debido a la ausencia de aporte sanguíneo. La forma de evitar este problema es restaurar adecuadamente la pieza, ya sea con una reconstrucción, un perno, una corona, etc.
En ocasiones, cuando un diente presenta una fractura, hay que optar por la extracción del mismo. Por ello debemos asegurarnos de que restauramos la pieza, aportándole la resistencia necesaria. Para terminar, no debemos olvidar que no es sólo el nervio del diente el que puede ocasionarnos dolor, ya  que éste está rodeado de otras estructuras, como la encía o el ligamento periodontal (ligamento que une el diente al hueso), que pueden también provocar molestias si, por ejemplo, se nos queda empaquetada comida; problema que surge con bastante frecuencia.
  Dr. Claudio A. Sorrentino
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Glositis: la inflamación de la lengua

La utilización de la lengua nos permite masticar, tragar, expresarnos, sentir el gusto de los alimentos… Se trata de uno de los órganos más importantes para desarrollar nuestro día a día con normalidad y, por ello, debemos cuidarlo y prestar una especial atención a su higiene. Entre las enfermedades que pueden afectar a este órgano se encuentra la glositis, una afección de la lengua que provoca su inflamación. Aunque generalmente no suele ser grave sí puede llegar a ser muy molesta e impedirnos hablar con normalidad. 

No olvidemos que la lengua es un órgano muy sensible, formado principalmente por músculos, y recubierto por una mucosa que contiene todas las papilas gustativas.
Las causas que provocan una glositis pueden ser diferentes y variadas, entre las más comunes se encuentran: la reacción alérgica a un medicamento; infecciones virales o bacterianas; niveles bajos de hierro o algún tipo de anemia; lesión o irritación por quemaduras o algún aparato odontológico; tabaco, alcohol o alimentos calientes. En ocasiones, la glositis es sencillamente hereditaria.

Síntomas
Los síntomas son fácilmente reconocibles y se aconseja acudir a un especialista si duran más de 10 días y/o la hinchazón nos impide hablar, respirar o comer con normalidad. Son los siguientes:
  • Inflamación de la lengua
  • Dificultad para hablar, masticar o deglutir.
  • La lengua adquiere una textura lisa.
  • Lengua sensible o dolorida.
  • Cambio de color de la lengua (color pálido o rojo intenso).
Para tratar la glositis debemos acudir a la causa que es la raíz del problema. Una vez tratada la causa, los síntomas suelen remitir sin mayores complicaciones. Si la glositis ha sido provocada por una infección, el paciente puede recibir un tratamiento con antibióticos o, si está relacionada con la alimentación, bastará con modificar la dieta y utilizar suplementos vitamínicos para compensar las deficiencias nutricionales.
En ocasiones, la glositis puede ser indolora, aunque en la mayoría de los casos suele producir molestias y dolor a la hora de realizar actividades cotidianas como comer, cepillarse los dientes o respirar por la boca. Es aconsejable evitar comer alimentos condimentados o irritantes. En casos extremos, la glositis puede llegar a bloquear las vías respiratorias.
Una correcta higiene bucal puede ayudar a prevenir la enfermedad y, por ello, se recomienda cepillarse los dientes al menos dos veces al día y utilizar hilo dental.


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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