En principio, no habría mayor problema en el deseo natural de una
persona por verse muy bien y por contar con una linda sonrisa. Pero
sí habría que tener mucho cuidado, cuando dichas ansias se vuelven una
preocupación desmedida, al punto de convertirse en una obsesión.
Es así como algunas personas llevan su voluntad por
lucir los dientes extremadamente blancos al punto extremo y es allí
cuando se habla de la Blancorexia: una condición que es estimulada sin
dudas por lo que se puede ver en la televisión, el cine o la publicidad
que emite un mensaje claro... los dientes blancos son de gente linda y
exitosa.
De dicho modo, se presentan diferentes trastornos
que incluso pueden poner en riesgo a la salud. Por ejemplo, existen
personas que se dedican a probar cuanto producto existe en el mercado y a
solicitar cuanto tratamiento dental se ofrece en los centros
odontológicos, con el objetivo de lograr la máxima blancura para sus
piezas dentales.
También se puede encontrar diferentes grados de
frustración o depresión, cuando el "blancoréxico" está insatisfecho con
el color de sus dientes y a la vez, la blancorexia puede ocasionar una
interiorización errada respecto al verdadero color dental y así, puede
darse el caso que el individuo que la padece visualice sus dientes con
un tono diferente al que tiene en la realidad.
Dicha situación puede también llevar a las personas
a visitar diferentes odontólogos y a engañarlos, para conseguir el
blanco deseado. Así, pudiera darse el caso que se rehagan tratamientos
dentales de blanqueamiento dental con una frecuencia indebida. Y es así como a la larga, puede
debilitarse el esmalte de sus dientes, generarse indeseablemente cuadros
de sensibilidad o dolor dental, daños a la pulpa dental y cambios en la
percepción del sabor de los alimentos. O peor aún: que se generen
problemas en las encías, por utilizar sin ningún control algunos
productos de blanqueamiento dental de dudosa efectividad que se ofrecen
en el mercado bajo la modalidad de venta libre.