martes, 3 de diciembre de 2013

El uso de flúor en la infancia




El flúor es un elemento eficaz y seguro que ha demostrado reducir la prevalencia de las caries y desmineralizaciones del esmalte, tanto en niños como en adultos. Conseguir una limpieza más completa de los dientes con la aplicación de flúor ayuda a prevenir el desgaste del esmalte dental, proporcionando una mayor protección a cada una de las piezas. El flúor en la infancia se debe usar de forma equilibrada y moderada ara evitar afectar el esmalte o desencadenar fluorosis.

Cómo dar flúor a mi hijo?
El seguimiento del niño para administrar la cantidad de flúor necesaria y equilibrada es de vital importancia para prevenir la caries dental. Suministrarle una cantidad u otra y en una frecuencia determinada depende del riesgo de caries de cada persona. Además del uso de selladores de fisuras que recomiendan los dentistas también existen diferentes técnicas y productos que contienen dicho mineral: alimentos como las espinacas y el arroz lo contienen en pequeñas cantidades, así como la mayoría de dentífricos y el agua potable de muchas ciudades. Su uso desde el nacimiento puede reducir la aparición de caries hasta un 65%.

En el contexto del hogar, la principal fuente de flúor es la pasta dentífrica. También lo podemos encontrar en forma de geles y barnices, en líquidos para enjuagues bucales y en gotas o pastillas para ingerir. La mayoría de estos productos, exceptuando la pasta dentífrica, deben estar explícitamente recomendados por un odontólogo cualificado que se encargue del seguimiento del niño. Los profesionales en el campo aconsejan aplicar la sustancia en el consultorio hasta que el niño cumpla 1 o 2 años de edad y, desde el momento, hacerlo cada 4 o 6 meses. De esta temprana edad hasta que su hijo tenga 6 años, es recomendable usar una pasta dental infantil, que contiene menos flúor y previene las manchas amarillentas en los dientes, es decir, la fluorosis. Con una cantidad pequeña de dentífrico sobre el cepillo ya es suficiente. A partir de los 6, el niño ya puede utilizar pasta dental para adultos con una cantidad de entre 1 y 2 cm sobre el cepillo.

El cepillado con flúor debe realizarse durante unos 2 minutos aproximadamente. Se aconseja no tomar agua ni comer ningún alimento durante los 30 minutos o una hora siguientes a su aplicación, para asegurar una acción lo más efectiva posible. Este procedimiento también es aplicable a los enjuagues, pero en un espacio temporal de entre 2 y 4 minutos. La ingestión es uno de los riesgos a los que pueden derivar los enjuagues con flúor. Para evitar el peligro, no deben ser usados en la infancia antes de los 6 años de edad. Pueden usarse de forma semanal o diaria sin superar los 3mg por día. Sólo se recomienda el uso de enjuagues si el agua bebida de la zona dónde vive tiene menos de 0,3ppm de flúor. Así, el flúor como mineral nutritivo mejora la calidad del esmalte dental proporcionando fuerza a los dientes para luchar contra las caries.


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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viernes, 29 de noviembre de 2013

Una limpieza dental regular podría disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas

Una investigación nueva sugiere que aquellas personas que visitan regularmente a los dentistas para que se les realice una limpieza dental podrían disminuir el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o una apoplejía.

Al seguir de cerca a más de 100 mil personas sin historial de problemas cardíacos o infartos cerebrales por un promedio de 7 años, investigadores de Taiwán hallaron que aquellas personas que controlaban la limpieza de su dentadura con un odontólogo al menos dos veces por año durante dos años tenían una probabilidad del 24 por ciento menos de riesgo de sufrir ataques cardíacos y una disminución del 13 por ciento del riesgo de padecer apoplejías comparadas con aquellas que nunca visitaban al dentista o lo hacían sólo una vez cada dos años.

Al parecer, la limpieza profesional de los dientes reduce el crecimiento de bacterias que causan inflamación y pueden derivar a ciertas enfermedades. Los resultados de la investigación no son sorprendentes ya que han existido muchos estudios que demuestran una asociación entre la inflamación y enfermedades cardíacas. Con la limpieza dental, se cree que la inflamación crónica disminuye.

Mientras tanto, otro estudio realizado en Suiza reveló que diferentes tipos de enfermedades de las encías podrían predecir el grado de riesgo de sufrir ataques cardíacos, apoplejías y falla cardíaca. Los investigadores hallaron que a menor cantidad de dientes y mayor cantidad de infecciones alrededor de la base de los dientes se aumenta el riesgo de que una persona sufra falla cardíaca o un ataque cardíaco.


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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lunes, 28 de octubre de 2013

Antibióticos y odontología

Mucho ha transcurrido desde que, en 1942, la penicilina G se convirtiese en el primer antibiótico de éxito terapéutico utilizado en clínica, revolucionando así el tratamiento de las enfermedades infecciosas en la primera mitad del siglo XX. Desde entonces, la medicina ha ido evolucionando junto a la sociedad a pasos agigantados y, actualmente, el uso de antibióticos está ampliamente generalizado. Pero, qué son exactamente los antibióticos? Los antibióticos son sustancias químicas obtenidas de microorganismos o bien de síntesis química, que tienen la capacidad de suprimir el crecimiento y multiplicación (acción bacteriostática) o provocar la destrucción (acción bactericida) de ciertos microorganismos.

Qué pasa cuando abusamos? El abuso de las terapias antimicrobianas, las prescripciones incorrectas y la facilidad con la que las bacterias se adaptan a estas moléculas generando resistencias son los principales factores que han inducido a la inutilidad de muchos de los antibióticos desarrollados en el siglo pasado y también recientemente”.

Cuál es su papel en el campo de la odontodología?

El uso de antibióticos se aplica para algunas formas de periodontitis y en ciertos pacientes. En tratamientos preventivos, la profilaxis antibiótica se ha justificado en un intento de prevenir las bacteremias y una posible endocarditis bacteriana. No obstante, actualmente cada vez más investigadores abogan por realizar una revisión de los criterios de profilaxis antibiótica, sobre todo si tenemos en cuenta que estadísticamente la probabilidad de causar endocarditis infecciosa con una extracción, incluso en pacientes con cardiopatías, es de 1 entre 3.000. Además, estos autores recomiendan el uso de antisépticos orales eficaces para evitar la sobreexposición del paciente a antibióticos que, por otra parte, son cada día de eficacia más cuestionada”.

Hoy en día, los antibióticos más utilizados en odontología son los antibióticos B-lactámicos (para el tratamiento de infecciones causadas por enterobacterias), el Metronidazol (una molécula de síntesis química para el tratamiento de infecciones producidas por Trichomonas vaginalis, aunque también presenta elevada actividad bactericida frente a microorganismos anaerobios y microaerofílicos) y las Lincosamidas (son principalmente bacteriostáticas y su actividad bactericida depende de su concentración).


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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viernes, 11 de octubre de 2013

Porqué duele un diente despues de un tratamiento de conducto?

Una de las preguntas más frecuentes que se hacen los pacientes que tienen dientes desvitalizados es por qué les duele una pieza que no tiene nervio.
El hecho de que aparezcan está molestias pueden tener distintas causas. Cuando hacemos una endodoncia tratamos de conseguir dos objetivos fundamentales; por un lado eliminar todo el tejido pulpar (nervio y vasos sanguíneos del diente), y por otro lado rellenar y sellar el espacio que queda tras instrumentar o limpiar el conducto, o conductos, donde se alberga el nervio.
El hecho de que no se consiga limpiar adecuadamente el interior del diente puede ocasionar después alguna infección, que cursará con dolor y/o inflamación. Esta imposibilidad de desinfectar correctamente el interior de la pieza puede deberse a cuestiones anatómicas, tales como curvaturas muy acentuadas o calcificaciones, que dificultan el acceso a la última zona de la raíz. De la misma manera, si no conseguimos que el espacio que dejamos dentro del diente después de eliminar el nervio, quede correctamente sellado y hermético con gutapercha (material de relleno de los conductos tras limpiar los mismos), dejaremos espacios fácilmente colonizables por bacterias.
Cuando se da alguna de las situaciones anteriores, podremos intentar solucionarlas mediante una reendodoncia, que consistirá en eliminar el material de relleno de la endodoncia, y tratar de mejorar el tratamiento anterior, intentando acceder a esas zonas más inaccesibles y llevando a cabo una exhaustiva limpieza y desinfección. Este tipo de retratamiento será realizado, siempre y cuando las condiciones del diente lo permitan.
Otra de las causas es la presencia de fisuras o fracturas. Esto se produce porque el diente endodonciado es mucho más susceptible a la rotura, debido a la ausencia de aporte sanguíneo. La forma de evitar este problema es restaurar adecuadamente la pieza, ya sea con una reconstrucción, un perno, una corona, etc.
En ocasiones, cuando un diente presenta una fractura, hay que optar por la extracción del mismo. Por ello debemos asegurarnos de que restauramos la pieza, aportándole la resistencia necesaria. Para terminar, no debemos olvidar que no es sólo el nervio del diente el que puede ocasionarnos dolor, ya  que éste está rodeado de otras estructuras, como la encía o el ligamento periodontal (ligamento que une el diente al hueso), que pueden también provocar molestias si, por ejemplo, se nos queda empaquetada comida; problema que surge con bastante frecuencia.
  Dr. Claudio A. Sorrentino
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Glositis: la inflamación de la lengua

La utilización de la lengua nos permite masticar, tragar, expresarnos, sentir el gusto de los alimentos… Se trata de uno de los órganos más importantes para desarrollar nuestro día a día con normalidad y, por ello, debemos cuidarlo y prestar una especial atención a su higiene. Entre las enfermedades que pueden afectar a este órgano se encuentra la glositis, una afección de la lengua que provoca su inflamación. Aunque generalmente no suele ser grave sí puede llegar a ser muy molesta e impedirnos hablar con normalidad. 

No olvidemos que la lengua es un órgano muy sensible, formado principalmente por músculos, y recubierto por una mucosa que contiene todas las papilas gustativas.
Las causas que provocan una glositis pueden ser diferentes y variadas, entre las más comunes se encuentran: la reacción alérgica a un medicamento; infecciones virales o bacterianas; niveles bajos de hierro o algún tipo de anemia; lesión o irritación por quemaduras o algún aparato odontológico; tabaco, alcohol o alimentos calientes. En ocasiones, la glositis es sencillamente hereditaria.

Síntomas
Los síntomas son fácilmente reconocibles y se aconseja acudir a un especialista si duran más de 10 días y/o la hinchazón nos impide hablar, respirar o comer con normalidad. Son los siguientes:
  • Inflamación de la lengua
  • Dificultad para hablar, masticar o deglutir.
  • La lengua adquiere una textura lisa.
  • Lengua sensible o dolorida.
  • Cambio de color de la lengua (color pálido o rojo intenso).
Para tratar la glositis debemos acudir a la causa que es la raíz del problema. Una vez tratada la causa, los síntomas suelen remitir sin mayores complicaciones. Si la glositis ha sido provocada por una infección, el paciente puede recibir un tratamiento con antibióticos o, si está relacionada con la alimentación, bastará con modificar la dieta y utilizar suplementos vitamínicos para compensar las deficiencias nutricionales.
En ocasiones, la glositis puede ser indolora, aunque en la mayoría de los casos suele producir molestias y dolor a la hora de realizar actividades cotidianas como comer, cepillarse los dientes o respirar por la boca. Es aconsejable evitar comer alimentos condimentados o irritantes. En casos extremos, la glositis puede llegar a bloquear las vías respiratorias.
Una correcta higiene bucal puede ayudar a prevenir la enfermedad y, por ello, se recomienda cepillarse los dientes al menos dos veces al día y utilizar hilo dental.


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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viernes, 20 de septiembre de 2013

Las enfermedades periodontales, principal causa de halitosis

Recientes estudios ponen de manifiesto que el origen de la halitosis se encuentra en la cavidad bucal, desmintiendo la mayoría de las teorías anteriores que situaban su causa en el estómago, lo que relaciona de manera clara el mal aliento con las enfermedades periodontales. La primera de los tres primeros tipos de halitosis es la genuina o verdadera, cuyo olor puede medirse de manera objetivable. Por su parte, la segunda de ellas, la pseudohalitosis, sobreviene cuando el paciente tiene la percepción de padecerla pero no es objetivable por su odontólogo. En tercer lugar, la halitofobia tiene lugar cuando la queja del paciente por su supuesta halitosis es persistente pero no objetivable.

Según las estadísticas, un 30% de la población adulta padece o ha padecido halitosis genuina en alguna ocasión, lo que supone una prevalencia estimable: de ellos, cerca del 90% de los casos tienen su origen en la misma boca; al mismo tiempo, de estos, el 60% de los casos de halitosis verdadera está asociada a algún tipo de patología periodontal. Dentro de este 60%, se evidencia que entre el espectro de posibles patologías periodontales causantes, la gingivitis y la periodontitis son, con un 30% de los casos cada una, sus causas más probables .

En cuanto a la prevalencia de la halitosis entre varones y mujeres,  no se han observado diferencias notables, aunque son siempre las pacientes del género femenino las que más se preocupan por padecer la enfermedad y, como consecuencia, insisten más en su tratamiento. En la categoría por rango por edades sí se hace patente una mayor prevalencia, ya que el porcentaje de casos aumenta con la edad. Si distinguimos por edades, son los individuos jóvenes los que más se preocupan por este problema, aunque generacionalmente no son el colectivo más afectado por la halitosis.


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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miércoles, 11 de septiembre de 2013

Encías: patologías y tratamiento



La cavidad bucal, al ser un ecosistema abierto y dinámico, está expuesta a numerosos factores que regulan su composición microbiana cuando se altera el equilibrio de la boca, lo que da lugar a la posible aparición de las enfermedades por acumulación de bacterias en forma de biofilm dental. El periodonto está constituido por la encía, el ligamento periodontal, el cemento radicular y el hueso alveolar. Estas tres últimas estructuras son internas: no se pueden ver a la inspección porque están dentro de los maxilares. La función del periodonto es adherir el diente a los maxilares. La encía tapiza toda la boca y parte de los dientes; una encía sana presenta un color rosa pálido (salmón o rosa coral) y, aunque existen variaciones de acuerdo con la vascularización y pigmentación, no presenta inflamación ni sangrado
.
Si no logramos eliminar mediante higiene convencional los restos de biofilm dental acumulados sobre los dientes, se puede alcanzar un nivel de complejidad bacteriana en forma cuantitativa y cualitativa, que se vuelve incompatible con la salud bucal. La acumulación y el metabolismo de las bacterias en la boca se consideran causas directas de caries dental, gingivitis, periodontitis, infección periimplantaria y estomatitis.
Esta se manifiesta con encías enrojecidas, inflamadas, sangrado espontáneo, pero sin bolsas periodontales; es un estado reversible, es decir, que cuando realizamos correctas medidas de higiene oral se puede restaurar la salud de las encías.

La periodontitis es una enfermedad inflamatoria degenerativa irreversible causada principalmente por bacterias específicas como P.gingivalis, A. Actionomycetemcomitans o T. Forsythensis que afectan tanto a los tejidos del periodonto como a los tejidos que forman el soporte del diente. La mayoría de periodontitis provienen de una gingivitis mal tratada. Se caracteriza por presentar una alteración significativa del color de las encías en torno a un color rojo intenso amoratado, exudado purulento, mal aliento, movilidad dentaria, supuración, migraciones dentarias, pérdida de hueso, etc. La periodontitis es un proceso irreversible.

Factores de riesgo
Consiste en examinar los riesgos, de modo que estos puedan ser evitados, reducidos y controlados.
-Factores de riesgo genéticos: alteraciones de células fundamentales en la defensa del periodonto, por lo que se reduce la capacidad defensiva de las encías.
-Factores de riesgo ambientales: tabaco, estrés, dieta, etc.
-Factores de riesgo adquirido: enfermedades sistémicas como VIH, diabetes o medicamentos que pueden causar sobrecrecimiento gingival.

Plan de tratamiento
El tratamiento de la enfermedad periodontal comporta 4 fases:
1.Higiene oral: una correcta técnica de cepillado, limpieza interproximal y coadyuvantes en la higiene oral.
2.Tratamiento no quirúrgico: raspado y alisado radicular.
3.Tratamiento quirúrgico: cirugía periodontal e implantes.
4.Fase correctiva: colocación de implantes, prótesis y mejoramiento de aspectos estéticos.

  Dr. Claudio A. Sorrentino
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martes, 27 de agosto de 2013

Gingivitis ulcero necrotizante aguda

La gingivitis necrosante o gingivitis ulcerosa aguda necrosante, también conocida como infección de Vincet o “boca de trinchera”, se considera como una infección gingival oportunista aguda por placa bacteriana.
El conocimiento de esta enfermedad se remonta bastante atrás en el tiempo, es durante la Primera Guerra Mundial, de 1914 a 1918, cuando se extiende el sobrenombre de ‘boca de trinchera’, debido a que los soldados padecían con bastante frecuencia este trastorno durante la contienda debido a la falta de higiene bucal por las duras condiciones a las que se veían sometidos.

Desde la última guerra mundial la enfermedad ha disminuido su incidencia y es una enfermedad relativamente rara, un caso muy poco frecuente que si se da suele describirse en adultos jóvenes menores de 30 años. Actualmente aún así ha requerido la atención de los clínicos porque se presenta con frecuencia en enfermos infectados del VIH.

Entre las posibles causas de esta enfermedad no sólo encontramos una insuficiente higiene oral, sino también otros factores como una incorrecta nutrición, tabaquismo, estrés psicológico, pacientes inmunodeprimidos. Todos estos factores pueden hacer tambalear el equilibrio entre los diferentes microorganismos presentes en la boca, lo que puede producir una sobreabundancia de alguna de las bacterias presentes de manera natural en la cavidad bucal. Como resultado a este desequilibrio, aparece una infección en las encías.
Sintomatología

Sus signos y síntomas son, principalmente, dolor espontáneo bastante constante que va desde leve a moderado dependiendo de las lesiones, encías que presentan una apariencia inflamada y enrojecida, así como un abundante sangrado espontáneo o pronunciada ante cualquier presión o irritación. Además, también es muy probable que el paciente padezca halitosis por el desequilibrio de bacterias bucales, que muestre una película grisácea en las encías y úlceras (tipo cráter) entre los dientes.

El tratamiento de la gingivitis necrosante debe incidir en eliminar la infección, usando antibióticos o antimicóticos si fuera necesario, tratamiento o eliminación de factores predisponentes (restablecer alimentación variada, eliminar tabaco, etc.), así como paliar los síntomas para que el paciente pueda disfrutar cuanto antes de una boca sana. De lo contrario, podría extenderse la infección a otros tejidos colindantes o surgir complicaciones mayores.

Para evitar la gingivitis necrosante, así como otros muchos problemas dentales se debe realizar una higiene bucal adecuada, que incluya cepillado meticuloso de los dientes, limpieza interproximal con sedas y cintas dentales, cepillos interproximales y/o irrigador bucal y enjuagues con un colutorio que incorpore principios activos antisépticos. Igualmente es necesario realizar visitas periódicas al odontólogo para mantener y asegurar el buen estado de los dientes y encías.


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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Morfología de la dentadura

La disposición de las diferentes piezas dentales a lo largo de la cavidad bucal, en la mandíbula superior e inferior, forman la dentadura y su colocación responde a una serie de necesidades del ser humano. Como decimos, la situación de unas piezas u otras a lo largo de la dentadura no es aleatoria. Cada una de ellas cumple una función o varias, que se clasifican como masticatoria, fonética, estética o de defensa. Aquellas que tienen un uso fonético, por ejemplo, en la parte central, nos ayudan a retener el aire mientras pronunciamos un determinado sonido y/o sirven de complemento u apoyo a la lengua mientras realiza los movimientos necesarios para emitir un sonido concreto.

Sin embargo, la composición o morfología de la dentadura no es siempre la misma durante las diferentes etapas del ser humano. Los bebés nacen sin dientes, poco a poco aparecen y luego, cuando forman una dentadura temporal, estas piezas son remplazadas por las que acompañarán a la persona durante la edad adulta y hasta la vejez.
Esta primera dentadura temporal está formada por los llamados dientes de leche. Aunque se trata de una dentadura temporal, su aparición cumple una función muy importante, y no está solo relacionada con la alimentación. A pesar de la temporalidad de estas 20 piezas, su aparición definirá la estructura dentofacial del adulto. Comienzan a salir sobre los 6 meses de edad, dependiendo del niño, ya que pueden haber casos más tardíos o incluso más precoces, y continúan saliendo hasta, aproximadamente, los 2 años de edad.

La morfología de la dentadura adulta se completa cuando estos 20 dientes de leche iniciales son remplazados por las 32 piezas que forman la boca adulta. Estas son de mayor tamaño y cumplen con todas las necesidades de esta nueva etapa. Durante esta transición dental, los maxilares crecen y se amplían y las raíces se preparan para dejar espacio a los 32 dientes permanentes: 8 incisivos, 4 caninos y 20 muelas (entre premolares y molares) componen la morfología de la dentadura adulta.

Si dividimos la boca en cuatro partes, y siempre partiendo desde el centro de cada mandíbula, cada cuarto cuadrante contiene un incisivo central y otro lateral: estas 2 piezas cumplen la función de cortar los alimentos gracias a su forma de escoplo. A su lado, el canino, desgarra el alimento con su punta más afilada. Se acompañan de otros 2 dientes, los premolares, que también ayudan a desgarrar gracias a sus cúspides. Para completar este cuarto cuadrante de mandíbula, encontramos los 3 molares: su forma ayuda a triturar los alimentos.

Precisamente el tercero de los molares es conocido como muela del juicio. Algunos expertos señalan que esta pieza está condenada a desaparecer en la morfología de la dentadura en las próximas generaciones, debido a la reducción de la mandíbula y la asimilación de alimentos preparados y cada vez de más fácil masticación.


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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Cómo evitar la sensibilidad dental


La hipersensibilidad dental es un problema más frecuente de lo que parece y que incomoda en cualquier momento del año, pero se hace especialmente notable en las épocas más cálidas, ya que en ellas se incrementa el consumo de bebidas y alimentos fríos. El dolor producido por estos alimentos y bebidas es el más común entre las personas con sensibilidad dental, aunque también existen otros estímulos dolorosos, como la toma de productos calientes, dulces, ácidos…

En condiciones de salud, la dentina (parte interna del diente) no debe estar en contacto con el exterior, ya que está recubierta por el esmalte dental o el cemento radicular. La sensibilidad dental se produce cuando se elimina esta protección, debido a una retracción de la encía o pérdida de esmalte dental. La dentina queda expuesta al exterior y, con ella, los millones de túbulos dentinarios que contiene son capaces de transmitir los estímulos (frío, calor, dulce…) que se producen en la boca a la pulpa del diente, produciendo dolor.

Conseguir que el esmalte o el cemento radicular no se dañen es clave para evitar que estos estímulos lleguen a la dentina, por lo que deberemos protegerlo en la mayor medida posible. Para ello se deben poner en práctica una serie de consejos para evitar su aparición y poder disfrutar con comodidad de cuantos productos refrescantes se desee. Cuidar la higiene bucal con productos específicos para la sensibilidad dental y evitar ciertos hábitos son las pautas a seguir.

Se recomienda el uso de cepillos de dientes con filamentos suaves, con extremos redondeados y superficie lisa, que permitan una limpieza delicada, sin dañar el esmalte ni las encías. Tampoco han de ser abrasivos otros productos de higiene bucal, como el gel o pasta dentífrica. Es importante, además, complementar su acción con el uso de un colutorio específico.

En la alimentación es esencial evitar aquellos productos más ácidos (tomates frescos, cítricos y bebidas carbonatadas). Otra recomendación es que se debe evitar dañar el esmalte introduciendo en la boca o sosteniendo con los dientes productos con componentes metálicos o muy rígidos, como clips, bolígrafos, alfileres, clavos, etc. El esmalte lo agradecerá y se preservará en buenas condiciones durante más tiempo.


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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miércoles, 14 de agosto de 2013

Sobre la caries

Después del resfriado común, la caries es uno de los problemas que más afectan a las personas. Por eso mismo, es importante tener un buen conocimiento y formación sobre las caries y cómo prevenirlas. Es una de las principales causas de la pérdida de los dientes, así que hay que prevenirlo y mantener una buena limpieza bucal. 

El proceso es largo aunque sencillo. La placa empieza a acumularse en los dientes a los 20 minutos de comer los alimentos, ya que es el tiempo en el que se presenta la mayor actividad bacteriana. Si la placa no se limpia por completo y de forma rutinaria, el comienzo de la formación de caries es inminente. La placa que no es eliminada de los dientes se mineraliza y se convierte en sarro, dando lugar a que estos inflamen las encías, produciendo gingivitis o periodontitis según los casos. Los ácidos de la placa disuelven la superficie del esmalte del diente y crean zonas desmineralizadas en el diente que llevan finalmente a la aparición de caries.

Los carbohidratos, consistentes en azúcares y almidones, aumentan el riesgo de caries dentales, por lo que es conveniente evitarlos lo máximo que se pueda, o reducir su consumo. Pero, sobre todo también, cuidar la higiene dental después de su consumo.
Los síntomas principales que se producen, en caso de producirse son:
  • Sensación dolorosa en los dientes, lo que se traduce también en una gran sensibilidad ante fríos, calientes, dulces y bebidas frías.
  • Manchas blancas en los dientes.
Es importante una buena limpieza bucal no sólo de los dientes sino también de las encías, por medio del cepillo de dientes, hilo dental y enjuague bucal fluorado.


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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martes, 18 de junio de 2013

Síndrome del diente fracturado


Síndrome del diente fracturado; que es


Algunos dientes tienen grietas que son demasiado pequeñas para aparecer en las radiografías y a veces se encuentran debajo de las encías, éstas en particular se conocen como “Síndrome del diente fracturado“. El síndrome de diente agrietado o fracturado es más común en los dientes posteriores (molares inferiores), debido a que estos dientes absorben la mayor parte de las fuerzas de la masticación. Algunas personas suelen rechinar o apretar los dientes de forma continua o por las noches (bruxismo), por lo tanto son más propensas a desarrollar este síndrome.

Otro caso que puede motivar su desarrollo es cuandosu apiñamiento hace que estos se junten demasiado poniendo mucha presión sobre un misma pieza dental, por lo cual este se verá afectado. También los dientes con restauraciones grandes pueden ser más propensos a quebrarse, como los dientes que han sido sometidos a un tratamiento de conducto sin refuerzo radicular (perno).
Así como  hay personas que tienen un diente roto presentan mayor propensión a tener otros, ya sea al mismo tiempo o en el futuro; una situación para tener muy en cuenta ya que tiene solución profesional y por lo tanto al dejarlo pasar estaremos cometiendo una negligencia sobre nuestra propia salud bucal.

Para tener en cuenta; si sentimos dolor a veces al morder o masticar, así como sensibilidad leve o intensa que puede durar un tiempo breve o largo, podemos encontrarnos ante la posibilidad del “Síndrome de diente fracturado”.


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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Bacterias, caries y nicotina

Bacterias, caries y nicotina
Fumar es nocivo para distintos niveles de la salud y en lo que respecta a la salud oral un nuevo estudio determinó que la nicotina estimula el crecimiento de las bacterias que causan la caries.

El estudio utilizó distintas cepas de bacterias del tipo streptococco mutans que se encuentran íntimamente relacionadas con la formación de caries dentales, exponiéndolas a diferentes cantidades de nicotina y como resultado se obtuvo un incremento de S. mutans, por lo tanto los fumadores tienen un mayor riesgo a desarrollar caries.


Las bacterias viven y se multiplican en una sustancia pegajosa conocida como placa, la cual adquirió un mayor grosor cuando se combinó con la nicotina, promoviendo la proliferación de bacterias, en comparación con otro grupo de control no tratado.

Además se descubrió que la nicotina también aumenta el metabolismo de las bacterias, representando un hallazgo importante en lo que respecta a la formación de caries, ya que las S. mutans producen ácido después de comerse los hidratos de carbono y este ácido es corrosivo del esmalte dental. En resumen; un metabolismo más rápido en las bacterias se traduce en una mayor producción de ácidos destructores del esmalte dental y formadores de caries.


Como resultado final los fumadores son más propensos que los no fumadores a tener caries, según un informe publicado a comienzos del 2012, en el que se demostró que los fumadores tenían un peor salud oral, además el estudio encontró que los fumadores eran más propensos a retrasar las visitas de rutina al dentista, lo que potenciaría su problemas orales, ya que los problemas detectados en sus primeras etapas por un chequeo preventivo, son más fáciles de solucionar.


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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Efectos de la bulimia sobre la salud dental


Efectos sobre la salud oral de la Bulimia

La bulimia es una enfermedad psicosomática que debe ser tratada en forma multidisciplinaria o sea en equipo (psicólogos, dietista, médicos) y los dentistas a menudo también deben formar parte de este equipo, ya que la condición llega a perjudicar la salud oral.

Las personas bulímicas suelen darse atracones de comida, atravesando por una pérdida de control, para luego utilizar el vómito o abuso de laxantes para evitar subir de peso, así por ejemplo en muchos casos, también suman a este desorden alimentario la anorexia nerviosa, afectando principalmente a las mujeres más que los hombres y con mayor frecuencia a las adolescentes.


Los odontólogos pueden detectar los cambios orales en personas con bulimia, los cuales incluyen:


-Inflamación de las glándulas salivales

-Lengua seca, roja y dolorida

-Un dolor de garganta que no desaparece

-Moretones pequeños en el techo de la boca

-Desgaste del esmalte dental


Los vómitos frecuentes pueden erosionar el esmalte dental lo que ocurre con más frecuencia en el lado de la lengüeta de los dientes frontales superiores y cuando esto sucede, el diente queda en riesgo de formación de caries, así como también presenta sensibilidad al frío o calor. Si la erosión del esmalte dental es grave, puede llegar a cambiar la forma de los dientes superiores e inferiores, así como también los dientes posteriores pueden verse disminuidos. Algunos dientes incluso pueden llegar a perderse, ya que la erosión dental puede tomar cerca de tres años para ser notada y no todas las personas con bulimia la tendrán.

Muchas personas con bulimia pueden llegar a la desnutrición, condición en la cual también se aumenta el riesgo a desarrollar enfermedad periodontal o sea que sus encías se verán afectadas y con ello comprometida la salud oral en general.


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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viernes, 7 de junio de 2013

Blanqueamiento dental: Mitos y realidades


El color de un diente viene determinado desde el momento en el que nacemos por la tonalidad del núcleo del mismo (dentina) y por la transparencia y capacidad de refracción de la luz por el esmalte. El color del núcleo no se altera. Sin embargo, con el tiempo el esmalte se va tiñendo a base de sustancias colorantes como pueden ser el tabaco, el café, el té, las bebidas de cola, el tomate, algunos pigmentos químicos, el uso de determinados medicamentos, etc.

Siempre debe ser un profesional en estética dental quien marque el mejor tratamiento a seguir, en función de la tinción existente. Los procedimientos más idóneos son los que resulten menos invasivos para el diente. Por ello se debe usar agentes blanqueadores de ultima generación que minimizan la sensibilidad dentaria y activadores de luz fría (que evitan el calentamiento excesivo de la pulpa dentaria –hiperemia) En una única sesión se observan los primeros resultados.

Después de un blanqueamiento los dientes quedan más sensibles:
Es un procedimiento de odontología estética y conservador, no invasivo, simple, rápido e indoloro. En la mayor parte de los pacientes no hay efectos secundarios, pero algunos pueden tener sensibilidad. Ésta va desapareciendo después de varias horas.

El blanqueamiento dental no perdura en el tiempo
De forma casi indefinida si se hacen retoques una o dos veces al año (durante unos días) o si se usa pasta de dientes blanqueadoras de forma continua. Si no se retocan, los dientes poco a poco volverán a mancharse.

Las restauraciones o las coronas cambian de color
No, no cambian de color. Si hay restauraciones en la zona de la sonrisa, hay que reemplazarlas tras el blanqueamiento dental, ya que tendrán un color diferente al obtenido y no darán apariencia de naturalidad.

Todos los blanqueamientos son iguales y se obtienen los mismos resultados.
No es así. Los blanqueamientos dentales deben hacerse SIEMPRE bajo la supervisión de un profesional en una clínica dental. Los productos que realmente son efectivos no son los que están al alcance de cualquiera en una farmacia o en un puesto ambulante de un centro comercial o un centro de estética. Ese tipo de productos no tiene ni los agentes o principios activos que empleamos los odontólogos ni las concentraciones adecuadas. El hecho que lo “activen” con una lámpara que da destellos o emite una luz azul, no implica que sea una lámpara que pueda foto-activar el producto (de hecho el producto que se puede foto-activar no es el que emplean en ese tipo de establecimientos).
Por tanto, los resultados son diferentes en función del tipo de blanqueamiento y del producto empleado. Por ello podemos definir cuatro tipos de blanqueamientos:
 Clínicos: En los que el paciente acude a la clínica, y bajo la supervisión de un profesional, se coloca sobre los dientes, con las encías protegidas, un gel que se activa con una luz de plasma fría. En tan sólo una sesión de 1 hora se bajan al menos 3 tonos.
Ambulatorio: Se le prepara al paciente un juego de cubetas hechas para su boca en las cuales aplicará el producto blanqueador que le ha proporcionado el odontólogo y lo usará por la noche un promedio de 10 a 15 días. Se obtienen resultados muy buenos siendo constantes. Las concentraciones del producto son del 10, 16 o 20% dependiendo del caso.
Combinado: Se combina la técnica de clínica y la ambulatoria. Para potenciar el resultado y lograr una mayor estética y un brillo espectacular. Esta es la técnica que se utiliza en Dental Palermo.
Blanqueamientos internos: Se emplea en dientes que se han oscurecido tras una endodoncia. Suelen ser dientes más oscuros que el resto. El agente blanqueador se deposita dentro del diente (aprovechando que ya está desvitalizado).


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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viernes, 24 de mayo de 2013

Adolescentes e higiene oral



Los adolescentes suelen descuidar su boca, ya que por lo general se encuentran muy ocupados con la escuela, trabajo, deportes y actividades sociales que no encuentran tiempo para cepillarse los dientes, así como también tienden a comer mucha comida chatarra.
Todas estas combinaciones en la vida de un adolescente generan una situación destinada a la propensión hacia las caries dentales, por ello cuando se tiene un hijo adolescentes es muy importante saber como ayudarlos a proteger su salud oral, aquí les brindamos algunos consejos saludables para conseguirlo;
-Aliente a su hijo adolescente a tomar conciencia de la importancia de su salud dental; comenzando por desarrollar el habito del cepillado dos veces al día y usar hilo dental todos los días. Los adolescentes se preocupan mucho por su apariencia y deben comprender que una mala higiene oral puede conducir a las antiestéticas manchas en los dientes, mal aliento, pérdida de dientes y muchos otros problemas que afectará su apariencia junto con la aceptación social.
-Dé un buen ejemplo; los padres deben mostrar mucho interés en su propia salud oral, para transmitir el ejemplo a su hijo adolescente, con lo cual sus consejos tendrán más peso para él, que seguro copiará las acciones saludables que observa, ya que a veces “una imagen vale mas que mil palabras”.
-Tenga en abundancia elementos para la higiene oral en su casa; mantener una variedad de suministros dentales, así como cepillos de dientes suaves, hilo dental de seda de color o con sabor y pasta de dientes de buen sabor, representarán un incentivo más para estimular el habito de la higiene bucal en un adolescente.


  Dr. Claudio A. Sorrentino
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jueves, 2 de mayo de 2013

Cepillarse los dientes después de tomar una bebida gaseosa es un error




Cepillarse los dientes inmediatamente después de beber refrescos o bebidas gaseosas sería un error, ya que puede dañar el esmalte dental y por ello los especialistas hoy aconsejan esperar entre 30 y 60 minutos para llevar a cabo el cepillado, según sugiere una nueva investigación.

Debido a las bebidas carbonatadas son muy ácidas y por lo tanto son potencialmente dañinas para el esmalte dental, especialistas de la Universidad de Goettingen, en Alemania, realizaron un estudio para determinar cuál es el mejor momento para cepillarse los dientes después de beber este tipo de bebidas.

Los investigadores descubrieron que hacerlo inmediatamente después de beber causa más daño que bienestar y que esperar un plazo de tiempo (30-60 min) brinda entre tres y cinco veces más eficacia para la protección del esmalte dental en lo que respecta a los efectos erosivos de las bebidas carbonatadas.

El profesor Thomas Attin, director del departamento de la universidad para la protección dental, odontología preventiva y periodoncia, dijo que el estudio la pérdida de material fue menor cuando los participantes esperaban llevar a cabo la limpieza entre 30 y 60 minutos. Además agregó que el esmalte del diente parece sufrir menos daño al cepillarlo después de que ha tenido tiempo suficiente para montar su propia defensa contra la erosión ácida.

Las sustancias ácidas atacan el esmalte de los dientes y las capas superiores de los dientes, incluso se pueden disolver en algunas bebidas ácidas, sin embargo los agentes protectores de la saliva pueden ayudar a reparar y reconstruir el esmalte de los dientes dañados.

Por lo tanto esperar un tiempo para el cepillado en estos casos, parece dar a los dientes la oportunidad de reconstruirse mientras que la limpieza inmediata puede aumentar el daño de las capas afectadas.



  Dr. Claudio A. Sorrentino
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