miércoles, 13 de marzo de 2013

La halitosis

halitosis, mal aliento, aliento fresco, alientoLa importancia de la halitosis no es poca, ya que se estima que alrededor de un 30% de la población adulta la padece o la ha padecido en alguna ocasión. Su aparición produce gran preocupación a nuestros pacientes, no solo por las posibles implicaciones en la salud, sino también por las posibles repercusiones a nivel psicológico, ya que puede llegar a afectar la vida diaria y las relaciones sociales, afectivas y profesionales.

Hoy en día podemos clasificar los casos de halitosis en tres tipos principales:
- Halitosis genuina o verdadera: el mal olor está verdaderamente presente y se puede medir y objetivar.
- Pseudohalitosis: el mal olor no es objetivable pero el paciente cree que tiene halitosis.
- Halitofobia: si después del tratamiento de las anteriores el paciente todavía cree, de manera persistente, que tiene halitosis.

A su vez, la halitosis genuina puede clasificarse como:
- Halitosis genuina fisiológica: hay una situación de salud oral y el origen del problema se encuentra en el cubrimiento lingual presente en la zona posterior de la lengua.
- Halitosis genuina patológica:
De origen oral: origen en el cubrimiento lingual presente en la zona posterior de la lengua a la que, además, se suman otras condiciones patológicas de la cavidad bucal, principalmente patología periodontal (gingivitis y periodontitis).
De origen extraoral: suele asociarse a problemas otorrinolaringológicos y, en un porcentaje mínimo de casos, con otras patologías sistémicas.

Aproximadamente en el 90% de los casos de halitosis genuina, el origen del mal olor está en la boca (aproximadamente el 60% de los casos se asocian con patología periodontal). Así pues, el papel de los profesionales del área odontológica es clave en el control y tratamiento de estos pacientes.

Su aparición
La aparición de la halitosis se debe principalmente a la presencia de compuestos sulfurados volátiles (CSV) en el aire, expelidos por la cavidad bucal. Principalmente, se tratan del sulfuro de hidrógeno (H2S) y el metilmercaptano (CH3SH) en los casos de halitosis de origen oral, y del dimetil sulfuro (CH3)2S en los casos de halitosis patológica de origen extraoral. Aunque los CSV representan el 90% de todos los componentes malolientes que contribuyen a la aparición del mal aliento, se han identificado otros componentes que también contribuyen en menor medida. Estos son productos como compuestos aromáticos volátiles (indol y escatol), ácidos orgánicos (acético, propiónico) y aminas (cadaverina y putrescina).
El mecanismo de producción de estos CSV está directamente asociado con el metabolismo proteico de bacterias anaerobias gramnegativas, presentes sobre todo en el biofilm de la lengua pero también en la zona subgingival, la saliva y otras áreas. Los sustratos son aminoácidos que contienen sulfuro como la cisteína, cistina y metionina. Estas se encuentran libres en la saliva y el fluido crevicular, pero pueden aparecer tras la proteólisis de sustratos proteicos aportados por la descamación de los epitelios orales, mucosidades faríngeas, leucocitos, células hemáticas y, en menor medida, de los nutrientes aportados por la dieta.

Su tratamiento
El tratamiento de la halitosis oral tiene como principales objetivos:
- Disminuir el número de bacterias productoras de mal olor.
- Reducir los sustratos proteicos disponibles que intervienen en el proceso metabólico de estas bacterias.
- Neutralizar la volatilización de estos productos malolientes.

En algunos casos, la halitosis puede convertirse en un problema crónico y es por eso que los pacientes tienen que utilizar colutorios específicos, de manera habitual, durante largos periodos de tiempo. Actualmente se están estudiando otras estrategias terapéuticas alternativas, como es el caso del uso de probióticos.
Aunque la investigación publicada sobre este tema está aportando resultados que, a priori, parecen prometedores, se necesitan más estudios bien diseñados que incluyan un mayor número de pacientes y con resultados a largo plazo, tanto de seguridad como de efectividad de estos productos, antes de que sean aplicables en protocolos terapéuticos para este tipo de pacientes.
 
 
  Dr. Claudio A. Sorrentino
  www.dentalpalermo.com.ar