Una
buena higiene bucal empieza desde una edad más temprana de lo que se
suele pensar. Y es que la limpieza bucal infantil, junto a la
adquisición del hábito de su mantenimiento, comportará que el adulto
pueda conservar sus dientes para toda la vida.
Desde el primer mes de vida
Así como el pediatra suele visitar a los niños desde su nacimiento, es
aconsejable que también se le lleve a visitas regulares del
odontopediatra. Por ello, el cuidado de los dientes y su higiene bucal
debe comenzar desde el primer mes de vida.
Es de grandísima utilidad que el niño conozca a su odontopediatra en
edad temprana, para que así se vaya familiarizando, ya que durante las
primeras visitas solo se practica una mera revisión. En el desarrollo
dentario infantil pueden surgir diversos problemas que pueden afectar a
su desarrollo, pero se pueden evitar si se educa a los niños para que
tengan una buena higiene bucal diaria.
Visita al odontopediatra
La principal diferencia entre la odontología habitual y la
odontopediatría es la utilización de los diferentes tratamientos. Puesto
que los niños tienen dientes temporales (de leche), las lesiones
ocurridas en este tipo de dentición pueden ser tratadas de una manera
mucho más agresiva, para así asegurar un tratamiento efectivo. Además,
en el peor de los casos, cabe la seguridad de que no repercutirá en la
sucesora dentición permanente.
El odontopediatra, u odontólogo infantil, ofrece cuidados preventivos y curativos desde a bebés hasta a adolescentes.
Dr. Claudio A. Sorrentino