El sarro es una condición
bastante problemática para todo tipo de personas que, además de ser incómodo
desde el punto de vista estético, puede generar diferentes problemas dentales más
o menos graves. La acumulación de sarro
en los dientes está asociada a los niveles de placa bacteriana en las distintas piezas
dentales. Estos depósitos de sarro
pueden estar concentrados en uno solo o en varios de los dientes.
Es importante tratar el sarro a tiempo porque puede
dar origen a problemas de encías
sangrantes, mal
aliento y en los casos más graves pérdida de piezas dentales
enteras. La composición química del sarro
incluye restos de comidas, sales minerales, depósitos bacterianos y desechos
celulares. La acumulación de sarro
en los dientes suele concentrarse especialmente en la parte interna de las
piezas dentales. En algunos casos, el sarro
que se acumula en los dientes puede estar asociado a distintas condiciones
gastrointestinales. El reflujo gástrico, por ejemplo, puede elevar los niveles
de acidez en la boca y generar el deterioro de las piezas dentales y las
condiciones iniciales para que se empiece a acumular sarro. En estos casos
lo mejor es elegir solamente los alimentos que no tengan efectos de reflujo (también
hay que cuidar cómo se combinan los alimentos en cada una de las comidas, para
evitar digestiones pesadas).
Para evitar todas las
complicaciones que podrían tener lugar por la acumulación de sarro en los dientes
lo más recomendable es cepillarse los dientes todos los días, utilizar
enjuagues bucales y adoptar la costumbre de usar hilo dental de forma cotidiana
(al menos en uno de los cepillados). También hay que recordar reemplazar el
cepillo de dientes cada dos o tres meses y hacer visitas al odontólogo
semestralmente para realizar limpiezas con ultrasonido y refuerzo de las
superficies dentales con altas concentraciones de flúor.
Dr.
Claudio Sorrentino
Charcas 3127 - 4826-1505